Dentro de los cientos de
contenedores que van y vienen en Puerto Quetzal, Escuintla, los agentes
antidrogas guatemaltecos encontraron uno en cuyo interior habían (además de
mercadería) siete maletines negros.
Inmediatamente la
Subdirección General de Análisis e Información Antinarcotica (SGAIA) solicita
la presencia de fiscales de narcoactividad para judicializar el hallazgo e
iniciar el conteo.
La primera
maleta traia 63 paquetes; en total venían 400 paquetes con cocaína según las
pruebas de campo. La pureza la determinara un posterior análisis que hará el
INACIF.
Luego
del embalaje de los paquetes que hace el MP se hará un acta donde constan los
datos del hallazgo, entre ellos que el contenedor fue embarcado en Ecuador.
La
droga no llegará a las venas de seres humanos. Se traslada a las bodegas de
SGAIA donde posteriormente un juez, de nuevo los fiscales, delegados del INACIF
y representantes de otras entidades se unan a PNC en el proceso de destrucción.
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